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Quien fue Jean Baptiste Willermoz?

 

Nuestro eponimo

 

Verdadero Padre Fundador del Régimen Escocés Rectificado, nació en Lyón el 10 de julio de 1730. Fue un Masón de una envergadura excepcional, de aquellos que no se dan muchos en un siglo. Resulta innegable que ha sido una de las personalidades más eminentes y considerables de la historia de la Masonería especialmente de la Masonería francesa, aunque no únicamente de ella y que ejerció sobre su evolución, una influencia determinante.

 

A pesar de consagrar a la Francmasonería lo esencial de su larga vida, se comprometió activamente en la vida de su ciudad, conforme al espíritu de las reglas que él mismo había dictado para los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa; es decir, poniendo sus facultades de organizador y administrador al servicio de la religión y la beneficencia en su más amplio término. En esta línea, fue sucesiva o simultáneamente, administrador del hospital (durante el peligroso período del Terror, en 1793), luego lo fue de los hospicios civiles de Lyon, miembro del consejo parroquial de San Policarpo; como consejero general del departamento del Rhôn, se ocupó de la instrucción primaria, acabando por ser un agricultor apasionado... Willermoz lo fue todo, salvo un Masón de salón. 

 

Sin embargo, es por su obra masónica que ha pasado a la posteridad. Iniciado en 1750 a la edad de 20 años en una logia cuyo nombre se ignora, franqueó muy rápidamente todos los escalones. Elegido Venerable apenas dos años más tarde, en 1752.

 

El creador original de la ‘Ordre de Chevalier Bienfaisant de la Cité Sainte’ - o C.·.B.·.C.·.S.·. fue Jean Baptiste

Willermoz (1730 - 1824), amigo cercano y estudiante de Martinez de Pasqually.

 

Cuando Pasqually murió en 1774, las enseñanzas de su maestro corrían el riesgo de perderse, por lo

que Willermoz decidió utilizar un cuerpo Masónico como vehículo de las enseñanzas internas y secretas

de la Orden de los Elus Cohen.

 

Willermoz era una persona pragmática, un erudito esotérico brillante, y un innovador. Su trabajo como

Francmasón es de un impacto y erudición fundamentales, pero tristemente, ha sido olvidado a lo largo de los

siglos. Pero la historia lo representa como un ardiente caballero defensor de la verdad, luchando por

rectificar la decadencia de las sociedades secretas y la falta de un sincero deseo por la iluminación que se

experimentaba dentro de las mismas.

 

El objetivo de la  C.·.B.·.C.·.S.·. es capacitar a los Chevalieres para seguir la Imitación de Cristo, y adoptar

una vida de Caballería moral como las bases de todo logro espiritual.

 

Favoreciendo el trabajo personal de reconstrucción de lo perdido, el trabajo de los Caballeros y Damas de la Orden es manifestar las enseñanzas caritativas del Martinismo en el mundo, a través de la Beneficencia y los actos desinteresados.

 

C.·.B.·.C.·.S.·. es en consecuencia la rama caballeresca de la tradición Martinista, los caballeros pobres de Cristo.

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